Más de un millón de inmigrantes de la URSS y la CEI en Israel han aprendido a utilizar su gran multitud como arma política, dirigiendo al gobierno en una dirección más favorable a las necesidades de la comunidad de habla rusa. Cabe señalar que los inmigrantes de habla rusa terminaron en Israel sin la experiencia ni las tradiciones de organizar la vida comunitaria en su antigua patria. A pesar de esto, rápidamente lograron crear una infraestructura sectorial compleja y extensa, formal e informal, tanto a nivel municipal como nacional.
Aunque la comunidad de habla rusa en Israel es muy heterogénea, muchos de sus miembros están unidos por una cierta arrogancia hacia la cultura local, un cierto sentido de superioridad cultural y una falta casi total de deseo de "atravesar el colapso". Los ex ciudadanos soviéticos se consideran portadores de la cultura europea y según la investigación, al 87% de ellos le gustaría que la cultura de Israel fuera más parte de ella. Al mismo tiempo, solo el 9% de los encuestados cree que la cultura israelí es similar a la europea. Los nativos de la URSS y la CEI en Israel creen que el
idioma ruso es más rico que el idioma hebreo, y que la cultura rusa está más desarrollada que la israelí. La gran mayoría de los inmigrantes de habla rusa encuestados (88%) evalúan su influencia en la vida cultural de Israel como muy o simplemente positiva, y solo el 28% de los encuestados informaron una influencia muy o simplemente positiva de la cultura israelí en ellos.
Esta es una, pero no la única razón por la que la "pequeña Rusia", que incluye los medios de comunicación, los teatros, Internet y otras instituciones sociales, se ha convertido en un fenómeno importante en la vida cultural de Israel.
Los medios de comunicación en ruso cumplen una doble función en Israel: ayudan a los inmigrantes a adaptarse a las nuevas condiciones, y al mismo tiempo preservan la cultura de su antigua patria. A principios de los noventa del siglo pasado, los medios de comunicación en ruso en Israel, entonces representados por la radio y los periódicos, eran principalmente un medio de integración más que de segregación. Proporcionaron a los inmigrantes toda la información que necesitaban en su propio idioma. Para muchos inmigrantes, continúan desempeñando la misma función ahora, ya que según las encuestas, solo el 28% de los israelíes de habla rusa leen y escriben con fluidez en hebreo. Los medios de comunicación en ruso en Israel no solo usan el mismo idioma que los inmigrantes, sino que hablan un idioma común en un sentido más amplio, porque usan códigos familiares y alusiones culturales, actitudes y conexiones, y comparten normas morales y éticas comunes con la mayoría de los lectores.
Esta es una, pero no la única razón por la que la "pequeña Rusia", que incluye los medios de comunicación, los teatros, Internet y otras instituciones sociales, se ha convertido en un fenómeno importante en la vida cultural de Israel.