Esta letra fue una verdadera pesadilla para los escolares durante muchos años, ya que era necesario memorizar normas difíciles para su uso y una larga lista de palabras en las que estaba presente.
En comparación con otras letras eliminadas, "yat" duró mucho tiempo en el
alfabeto ruso. A finales del siglo XIX, su pronunciación era prácticamente igual que la de la vocal "E". A pesar de ello, no se eliminó y se pudo encontrar en textos de libros y documentos hasta el año 1918, cuando se produjo otra reforma ortográfica.
Por primera vez, el poeta y filólogo ruso del siglo XVIII Vasily Trediakovsky propuso eliminar dicha letra. Sin embargo, Mikhail Lomonosov entró en polémica con él, quien creía que las letras E y Ѣ en el lenguaje común apenas tienen una diferencia sensible, por lo que no era necesario eliminar ninguna de ellas. El publicista Nikolai Grech le comentó al emperador Nicolás I, quien también pensó en quitarla, que esta letra es "una marca de distinción entre alfabetizados y analfabetos". Pero Nicolás conservó la idea de la reforma ortográfica de 1911, desarrollada por la Academia Imperial de Ciencias, por lo que en el verano de 1917, se anunció una reforma ortográfica, que luego fue apoyada por el gobierno soviético. Como resultado, en 1918, se empezó a utilizar el nuevo abecedario sin la letra Ѣ.