La estufa rusa

No había cabañas en Rusia que no tuvieran una estufa. La estufa rusa es un artículo único en la cultura eslava oriental y el símbolo más llamativo del espíritu ruso. Dicho objeto era indispensable, proporcionaba calor en la casa, cocinaba la comida, ayudaba con la colada y también mantenía caliente el lugar para dormir. En este artículo, veremos la historia del origen de la estufa rusa y sus características.

Las primeras estructuras para calentar casas, que se convirtieron en los prototipos de las estufas rusas de hoy, aparecieron hace unos cuatro mil años. La gente se dio cuenta de que el fuego que mantenían encendido podía ocultarse bajo un techo. Hasta el siglo VIII las estufas no tenían chimenea, por lo que todo el humo salía por las puertas, por lo que se acumulaban capas de hollín en el techo y paredes de la cabaña. Un poco más tarde, se hicieron agujeros en el techo sobre las estufas y se instalaron tuberías de madera. Luego, en el siglo XVIII, comenzaron a usarse ladrillos refractarios y apareció una chimenea de ladrillos cerca de la estufa rusa, que se elevaba sobre la cabaña. Por lo tanto, se puede argumentar que la primera estufa rusa clásica apareció precisamente en el siglo XVIII.

La descripción de la estufa rusa tradicional se encuentra en muchos libros de texto y redacciones históricas. Además, se prestó mayor atención a la estufa rusa en los cuentos de hadas rusos, en los que su imagen se mencionaba con bastante frecuencia y simbolizaba comodidad y prosperidad. La estufa a menudo estaba decorada con varias pinturas. Esto se hizo no solo para darle un aspecto estético, sino también para proteger el hogar de los espíritus malignos.

Se suponía que la estufa debía realizar varias tareas principales: calentar la habitación y cocinar. Para un calentamiento uniforme de todas las habitaciones, se instalaba en el centro de la cabaña para que el calor no saliera a través de las ventanas y puertas cercanas.

Además, por supuesto, descansaban y dormían sobre la estufa. El lugar para dormir se llamaba "полотья", eran los estantes que se instalaban entre la pared y la estufa en los que dormían. Los estantes para dormir se construyeron en dos niveles. En el primer nivel, los adultos dormían con mayor frecuencia y en el segundo, los niños. Los estantes podían albergar hasta seis personas.

La estufa rusa puede llamarse legítimamente la base de la vida campesina tradicional. Incluso ahora, junto con nuestros antepasados, que han vivido toda su vida cerca de la estufa rusa, aparecen cada vez más amantes y conocedores de este invento único que protege el hogar.