El invierno para nosotros comienza con diciembre, que en la antigua Roma se conocía como el «décimo» («десятый»), y entre los eslavos, como «nevado» («снежник»).
Este nombre del mes se debe al hecho de que en esta época hace mucho frío y nieva. Los habitantes de las aldeas prácticamente no salían de sus casas, así calentándose con
estufas calientes.