La primera mención escrita del término "ruleta rusa" se remonta al 30 de enero de 1937 en un artículo escrito por Georges Surdez de la revista americana Collier 's Weekly.
También cabe destacar las diferentes variaciones que existen de este juego, aunque sean igual o más peligrosos. Hemos recopilado algunas de las mencionadas versiones más conocidas.
- Número de cartuchos en el tambor.
Aunque el número mínimo de cartuchos en el tambor sea uno, existen variaciones de esta cifra, llegando a ser el máximo uno menos que el número de cámaras en el tambor. Al mismo tiempo, está claro que el riesgo aumenta en proporción directa al número de cartuchos en el tambor.
- Rotación del tambor.
Está claro que, en el juego de la ruleta rusa, el cañón del revólver se debe girar después de cada turno. Eso se puede hacer con la mano, aprovechando el giro automático del cañón, o de otras maneras similares pero más arriesgadas.
- Por lesión.
En la versión "clásica", después de girar el tambor, la parte final del revólver se debe dirigir a la sien o directamente a la boca del participante, es decir, sería un disparo con una probabilidad muy alta de muerte. Sin embargo, también se conocen algunas opciones más "seguras". Un ejemplo de estas variaciones de juego sería cuando el revólver se sujeta, por ejemplo, a la palma de la mano. También existe una versión "sin sangre", donde los concursantes deben disparar hacia un lado en vez de a sí mismos, por lo que el juego simplemente generaría tensión y evitaría la muerte.
Al mismo tiempo, la versión "clásica" de la ruleta rusa se considera cuando se juego con la presencia de un cartucho en el tambor de un revólver, se hace una rotación adicional del tambor con la palma de la mano después de cada tiro y se pone el extremo del revólver a la sien (a la cabeza) o a la boca. Los participantes del juego deben arriesgar su vida en cada turno al no saber si la bala saldrá disparada o no del revólver, generando tensión y adrenalina.