El discurso es la reproducción del habla oral, la expresión de pensamientos oralmente. Este es un tipo productivo de actividad del habla. En la vida cotidiana, a menudo hablamos en respuesta al discurso de otra persona: las actividad de escuchar y hablar ocurren casi simultáneamente. Estas dos habilidades están estrechamente relacionadas: escuchar prepara el habla y hablar ayuda a comprender el texto de oído. Al entrenar el habla, aprendemos a controlar el aparato vocal, a notar las características de los sonidos de un idioma extranjero y a sentir las diferencias entre ellos. Posteriormente, ayuda en la comprensión auditiva.
Aprender a hablar un idioma extranjero solo se puede hacer con la práctica. Si lee mucho o escucha mucho, será de gran ayuda para aprender el idioma, pero no afectará sus habilidades para hablar. La palabra debe ser dicha muchas veces para que resulte familiar y natural. Puede leerlo, escucharlo, escribirlo y recordarlo, pero para el aparato del habla la palabra seguirá siendo desconocida, lo que afectará la fluidez y naturalidad del habla oral.
Es con el habla que los problemas en el aprendizaje de una lengua extranjera se asocian con mayor frecuencia. Esta habilidad se desarrolla más lentamente que las demás. Hablar es en gran parte un trabajo mecánico realizado por los músculos. El movimiento de los ligamentos, la lengua y los labios es el resultado del trabajo muscular. Al practicar constantemente el habla, desarrollamos la memoria muscular. Con el tiempo, comenzamos a pronunciar sonidos, palabras y frases extranjeras de forma automática y correcta, sin atención consciente. Tal memoria muscular permanece con nosotros durante mucho tiempo; incluso después de muchos años sin práctica, el aparato vocal recuerda cómo hablar un idioma extranjero correctamente.
Entonces, para entrenar a hablar, necesitas hablar. Lo mejor de todo es hacerlo con el interlocutor: profesor, hablante nativo, amigos. En primer lugar, es importante hablar con fluidez y no los diálogos memorizados estándar. También es recomendable aprender a hablar en diferentes situaciones: en la comunicación individual, grupal y pública, en forma de monólogos y diálogos. Al practicar el habla, es importante no ser tímido ni tener miedo de cometer errores.